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28 feb 2011

Aromaterapia: fuente natural de bienestar físico y mental (I)


Hoy en día, en el mundo occidental estamos acostumbrados a un estilo de vida que depende en gran medida de los avances científicos y tecnológicos. Confiamos ciegamente nuestra salud a las medicinas y cada día nos bombardean con anuncios publicitarios que nos ofrecen bienestar y felicidad. ¿Qué hay de lo natural? Muchas se veces termina viéndose relegado a un segundo plano, como algo “alternativo”. Pero entonces, ¿cómo puede considerarse “alternativo” algo se ha venido usando desde hace muchísimos siglos?

 Aunque actualmente la aromaterapia podría considerarse una terapia “alternativa”, está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos. ¿A quién no le pone de buen humor pelar una naranja o una mandarina? ¿Por qué nos da la sensación de respirar aire puro cuando damos un paseo por un bosque de pinos? ¿Qué tiene el aroma del jazmín o de la flor del naranjo que nos calma tanto? Está claro que el olor de algunas flores, plantas y cítricos influye de forma positiva en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud.

¿Qué es la aromaterapia?

La aromaterapia consiste en el uso de las fragancias naturales de los aceites esenciales de las plantas con la finalidad de mejorar el bienestar físico, mental y emocional, mediante la inhalación o aplicación de los aceites en la piel. Los aceites esenciales son sustancias concentradas que se encuentran en la estructura interna de las plantas aromáticas, en lugares como el tallo, las flores o la corteza del fruto, y se obtienen mediante destilación o prensado en frío. El prensado se utiliza para realizar la extracción de aceite en la corteza de los cítricos (naranja, limón, bergamota), y al obtener la sustancia directamente estaríamos hablando de "esencia", en lugar de aceite esencial, ya que apenas sufre modificaciones durante el proceso de extracción.

La destilación consiste en un proceso físico que permite extraer el aceite esencial mediante el arrastre por vapor de las partículas de la planta. Ésta se produce por la ebullición de agua en un recipiente especial llamado alambique, dentro del cual se encuentra una rejilla con las plantas que es atravesada por el vapor, que immediatamente pasa a enfríarse a través de un tubo y finalmente se deposita en otro recipiente. Encima del líquido destilado se encuentra el aceite esencial de la planta, y el resto forma el hidrolato o agua floral, que contiene otras partículas vegetales.
 
A la izquierda, alambiques de destilación (Museo del Perfume de Graveson en Provence, Francia).
  A la derecha, aceites esenciales.

Un arte con mucha historia

El empleo de sustancias aromáticas se remonta a la antigüedad. En el Antiguo Egipto, por ejemplo, utilizaban la resina de olíbano en grandes cantidades, quemándola como incienso para purificar los lugares sagrados de los templos y estancias de los faraones, además de utilizarla para elaborar perfumes, cosméticos y ungüentos para curar heridas y embalsamar. Sin embargo, hoy en día la aromaterapia se basa en un planteamiento distinto al de sus inicios, ya que requiere la extracción de los aceites esenciales de la materia prima, y no el uso directo de éstas. La principal técnica de extracción de los aceites, la destilación, apareció en Europa a partir del siglo X gracias a la civilización árabe, por lo que cuenta con muchos siglos de antigüedad.

En el antiguo Egipto se utilizaba la resina de olíbano en perfumes, cosméticos y en rituales de embalsamamiento.

Aun así, no fue hasta el siglo XIV que los aceites esenciales se empezaron a utilizar en perfumería, cuando el científico alemán Hieronymus von Braunschweig escribió el primer manual técnico sobre destilación. Así, el perfume Eau de Cologne, creado en el siglo XVIII, contenía, entre otros, aceites esenciales de naranja, limón, romero, lavanda y bergamota. A finales del siglo XIX, en Francia, Italia y Alemania los aceites esenciales sirvieron para crear los primeros antibióticos, y en la Primera Guerra Mundial, esencias como el romero y el árbol de té fueron utilizadas en los hospitales como antisépticos naturales.

La aromaterapia como práctica terapéutica no surgió hasta principios del siglo XX. Este término fue utilizado por primera vez en la década de 1930 por el químico francés René Maurice Gattefossé, quien después de sufrir una quemadura en una mano aplicó aceite esencial de lavanda quedó asombrado de lo rápido que se curó. En aquel momento no sólo fue consciente del enorme potencial aromático de los aceites esenciales, sino también terapéutico, por lo que acuñó el término “aromaterapia”. En los años sesenta, la australiana Marguerite Muary propuso la aplicación de los aceites en masajes y, unos años más tarde, el británico Roberto Tisserand publicaba el primer libro sobre aromaterapia.

 
René-Maurice Gattefosé, uno de los fundadores de la aromaterapia

Actualmente existen multitud de libros sobre aromaterapia, y su uso va más allá de lo terapéutico, encontrándose también en muchos cosméticos naturales, como cremas y aceites vegetales. De hecho, es posible personalizar un aceite vegetal con aceites esenciales, tanto para masaje como para uso cosmético, dotándole así de efectos terapéuticos para piel y el estado de ánimo. En el próximo post te explicaremos qué propiedades tienen los principales aceites esenciales y cómo puedes usarlos en tu vida cotidiana ;)

Fuente: Harding, Jennie. Aceites esenciales: más de 100 aceites necesarios para vivir con salud, vitalidad y bienestar. Blume, Barcelona, 2008.

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