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9 feb 2011

Cuidar la piel en invierno



La llegada del frío no sólo nos marca un cambio de estación, sino también nuevas rutinas y hábitos que nos ayudan a hacer más agradable y llevadera esta época del año. Nos abrigamos más, intentamos aprovechar mejor las horas de luz y disfrutar de la belleza que nos traen estos meses del año. Sin embargo, por más que nos protejamos del frío es inevitable sufrir los cambios bruscos de temperatura, el viento y la humedad, que contribuyen a que la piel de nuestra cara y nuestras manos se reseque con facilidad y se vuelva más vulnerable.

En realidad, nuestra piel está preparada para protegernos de las agresiones externas. Esto se debe a que posee un manto hidrolipídico, una capa protectora formada por grasa, agua y restos de células muertas que contribuye a mantener su pH óptimo (para que no se desarrollen infecciones) a la vez que actúa como barrera frente a los cambios en el ambiente. A pesar de ello, ¿por qué a nuestra piel sufre más en invierno? Existen algunos factores que pueden hacer nuestra piel más vulnerable ante el frío:

  • El tipo de piel. Las pieles sensibles son las que menos toleran el frío en invierno, ya que tienden a sufrir rojeces e irritaciones por el viento y los cambios bruscos de temperatura. Por su parte, las pieles secas también necesitan muchos cuidados, ya que son más propensas a las arrugas. En cambio, las pieles grasas, al poseer un manto hidrolipídico más rico, son más resistentes al frío.
  • El uso de jabones y geles de ducha agresivos. Utilizarlos a diario y en exceso destruye el manto graso natural de nuestra piel, lo que favorece la pérdida de agua y protección. Es por eso que nuestra piel nos “pide” mucha más hidratación para contrarrestar la sequedad y la tirantez después de la ducha y durante el resto del día.
  • Exceso de calefacción. Hace que nuestra piel se reseque más y sufra cambios bruscos de temperatura. De hecho, por encima de los 20 grados y sin apenas humedad nuestra piel es más propensa a deshidratarse. 
  • Contaminación ambiental. Favorece el envejecimiento cutáneo y puede provocar descamación y enrojecimiento en pieles sensibles, además de "apagar" nuestra tez.
    Estrés. Puede provocar desajustes hormonales que causan algunas reacciones en la piel como acné, descamación, eczema, etc. 

Consejos para una piel radiante en época de frío

 

Lograr mantener una piel tersa, radiante y luminosa en invierno puede convertirse algo sencillo si tenemos en cuenta algunos cuidados básicos:
  • Utilizar la mínima cantidad de jabón posible. Es preferible que éste sea de origen vegetal con aceites (de oliva, de coco, karité) ya que es más suave y respetuoso con la piel. Lo mismo para el champú: los champús convencionales suelen ser muy agresivos, por lo que resecan con facilidad el cuero cabelludo y nuestra piel. Es preferible utilizar champús ecológicos con tensioactivos suaves (como el sodium laureth sulfate, no confundir con el lauryl sufalte), y mucho mejor si son 100% naturales (bases lavantes que provienen de plantas y azúcares), especialmente si lavamos nuestro cabello con frecuencia.
  • Hidratar diariamente nuestra piel. Tanto para la cara como para el cuerpo, es recomendable utilizar aceites vegetales altamente nutritivos, como el de almendras dulces o el de argán. Los aceites vegetales ayudan a mantener el manto graso de nuestra piel, contribuyendo así a que se mantenga más suave y elástica, a la vez que la nutren e hidratan en profundidad. Podemos aplicarlos de igual manera en manos y labios, que suelen agrietarse con mucha facilidad. De este modo, nuestra piel permanecerá más protegida durante el día y lucirá un aspecto saludable. 
  • Por la noche, limpiar bien la piel. Es importante limpiar nuestra piel antes de irnos a dormir, no solamente si nos hemos maquillado, ya que también debemos eliminar las impurezas acumuladas durante el día provocadas por la contaminación ambiental, además de los desechos de la piel y células muertas. Un jabón vegetal y un tónico floral ayudan a limpiar nuestra piel de forma no agresiva, además de eliminar los restos de maquillaje. Tras este gesto, la aplicación de un aceite vegetal también nos ayuda a desmaquillarnos mejor. Es recomendable aplicar cada 15 días una mascarilla de arcilla para eliminar mejor las impurezas, a la vez que aportamos minerales y nutrientes a la piel. 
  • Exfoliar la piel del cuerpo una vez al mes. Esto es importante para mejorar la regeneración de la piel, así como para obtener mejores resultados al aplicar aceites corporales o mascarillas. Es muy recomendable utilizar exfoliantes naturales, como por ejemplo, el jabón negro, que ayudado del guante kessa exfolia profundamente la piel sin agredirla, dejando la piel suave, lisa y mucho más receptiva a la hora de nutrir e hidratar nuestro cuerpo.
Estos consejos de belleza pueden resultarte muy útiles para mantener una piel sana, tersa y bonita en estos meses de frío. Sin embargo, no olvides que también es muy importante que bebas mucha agua para mantener tu piel bien hidratada, que sigas una dieta nutritiva que incluya frutas, verduras y alimentos ricos en omega 3 y, sobre todo, que te relajes y disfrutes del día a día para evitar el estrés.

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